miércoles, 11 de agosto de 2010

No se debe, pero se hace.

No deberíamos regalar sentimientos a personas que no los valoren.


No deberíamos llorar por personas que nunca secarán nuestras lágrimas.

No deberíamos enamorarnos de una cara bonita para luego descubrir un corazón horrendo.

No deberíamos descuidar a los amigos de verdad por otras personas que no merecen la pena.

No deberíamos pasar horas pensando en esa persona que de alguna forma u otra nos hace tanto daño.

No deberíamos ser infelices cuando la felicidad se encuentra en las pequeñas cosas.

No deberíamos ignorar los buenos consejos.

Y aún así lo hacemos, hacemos mil y una cosa que no deberíamos. Porque en el corazón no se manda, y no podemos elegir de quien nos enamoramos, a quien le regalamos sentimientos o cuando y como equivocarnos.

Y no deberíamos preocuparnos de los errores, o de los problemas, no deberíamos preocuparnos de nuestros enemigos o de esas personas que han hecho tanto daño en algún momento de nuestras vidas, porque gracias a esos problemas, a esos enemigos y a esas personas que tanto daño han hecho somos más fuertes que ayer, o que hace algunos años.

Es cierto que las desilusiones, las mentiras o los engaños, duelen, es cierto que a nadie le gusta equivocarse y tomar el camino incorrecto, pero a veces es necesario hacerlo para aprender a vivir en esta vida, a veces es necesario que nos falle una persona para aprender a valorar a la siguiente que venga.

Porque una personita me dijo una vez que el sufrimiento es necesario, y por mucho que pensemos que no, tiene razón, el sufrimiento es necesario en nuestras vidas para valorar las cosas y a las personas, para ser más humildes, para darnos cuenta de lo afortunad@s que somos con las pequeñas cosas.

18/05/2010

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