No deberíamos llorar por personas que nunca secarán nuestras lágrimas.
No deberíamos enamorarnos de una cara bonita para luego descubrir un corazón horrendo.
No deberíamos descuidar a los amigos de verdad por otras personas que no merecen la pena.
No deberíamos pasar horas pensando en esa persona que de alguna forma u otra nos hace tanto daño.
No deberíamos ser infelices cuando la felicidad se encuentra en las pequeñas cosas.
No deberíamos ignorar los buenos consejos.
Y aún así lo hacemos, hacemos mil y una cosa que no deberíamos. Porque en el corazón no se manda, y no podemos elegir de quien nos enamoramos, a quien le regalamos sentimientos o cuando y como equivocarnos.
Y no deberíamos preocuparnos de los errores, o de los problemas, no deberíamos preocuparnos de nuestros enemigos o de esas personas que han hecho tanto daño en algún momento de nuestras vidas, porque gracias a esos problemas, a esos enemigos y a esas personas que tanto daño han hecho somos más fuertes que ayer, o que hace algunos años.
Es cierto que las desilusiones, las mentiras o los engaños, duelen, es cierto que a nadie le gusta equivocarse y tomar el camino incorrecto, pero a veces es necesario hacerlo para aprender a vivir en esta vida, a veces es necesario que nos falle una persona para aprender a valorar a la siguiente que venga.
Porque una personita me dijo una vez que el sufrimiento es necesario, y por mucho que pensemos que no, tiene razón, el sufrimiento es necesario en nuestras vidas para valorar las cosas y a las personas, para ser más humildes, para darnos cuenta de lo afortunad@s que somos con las pequeñas cosas.
18/05/2010
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