En mi camino por la vida, he encontrado miles de cosas…he descubierto mil sentimientos inexplicables, y he sido capaz de saber en quien puedo confiar y en quien no…de quien puedo agarrarme y de quien debo soltarme.
Y es que una mano siempre necesita otra de la que agarrarse.
Y un día inesperadamente apareció tu mano…para agarrar la mía, y así ayudarme en TODO.
Gracias a ti pude levantarme…porque aunque no lo supieras pasaba por uno de los peores momentos de mi vida…él se había ido y las cosas en general no iban bien…
Y empecé a depositar TODA mi confianza en ti…y aprendí a conocerte…y a darme a conocer contigo…fuiste mi punto de apoyo…la mano que no me soltaba…la mano que apretaba y me devolvía el apretón…
Pero un día, inesperado, de repente, sucede que nuestras manos se sueltan...
…y caigo…rompen ese lazo que con tantos recuerdos, con tanto amor, cariño, con tanta confianza se había creado…y no lo rompe otra persona que ella…la menos indicada para hacerlo…
Desde ese momento mi mundo se nubla, ya no tengo ese apoyo, esa mano que me levantaba cuando yo no era capaz de hacerlo…y caigo cada vez más…llegue a pensar que nunca volvería a tener tu mano que me levantara…Pero por suerte me equivoqué…y me demostraste que todo lo vivido había valido la pena, me demostraste que estarás ahí pase lo que pase…que podré agarrar tu mano siempre que lo necesite…que te tendré ahí, sujetándome, levantándome cuando caiga, iluminando mis días oscuros…y ayudándome a seguir con esto…
No me sueltes nunca…por favor…
Te quiero.
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