domingo, 19 de diciembre de 2010

¿Se podrá? ¿Existirá ese cielo?

Un túnel.
Yo.
No hay luz.
Tú.
Se nubla el cielo.
Laten dos corazones. Por susto o por gusto, no lo sé. No vemos. No encuentro tu cara, ni tus manos, sólo te oigo, pero soy incapaz de encontrarte. Miedo. Tengo miego de no encontrarte nunca, de que por culpa de la oscuridad del momento, nuestras miradas no se encuentren nunca. Sí, me late el corazón más fuerte, tanto que pienso que vas a oirlo, pero no, tú tampoco te percatas de eso, ni de mis gritos, ni de mis ganas de encontrarte, no te das cuenta de que estoy buscándote en la oscuridad. La oscuridad te puede, te ciega, y no sólo eso, con ella eres incapaz no sólo de ver, sino de sentir, incluso de escuchar...no escuchas, ni mis gritos, ni mi llanto, ni mi corazón, ni mis ganas de encontrarte...Hasta que un día la oscuridad me permita encontrar tus manos, sentirte, abrazarte, y que así dejar que entre la luz al túnel, para poco a poco ir oyendo, sintiendo, queriendo...Para que un día se abra una venta al final del túnel y podamos ver el cielo claro y despejado. Pero ¿sabes qué hace falta para todo esto? Encontrarnos en el túnel, quitarnos las vendas, los miedos y todo lo que nos impide ver el cielo azul.

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