domingo, 5 de diciembre de 2010

Plástico.

Que felices somos todos ¿no? Mintiendo, decepcionando, rompiendo promesas, desilusionando, creando muros, complicando las cosas, traicionando la confianza... Y es que tal vez me cansé ¿de qué? De regalar sonrisas, de confiar, de ayudar a todo aquel que viene en tu busca, de pensar que vale la pena, de preocuparme más por otras personas que por mí misma, de pensar que puedo contar con alguien y cuando lo necesite no esté, de que no me valoren, de sonreír cuando no quiero, de darle todo a alguien y de que te devuelvan una bofetada, de las falsedades, de todo eso que me hace daño, de todas esas personitas de plástico.
Me cansé de tener muñecos y muñecas en mi vida, de esos que tienen sonrisas de plástico, que funcionan cuando le das cuerda o si presionas un botón, a partir de ahora, toda esa gente que funciona a pilas, se puede quedar en su estantería.

No hay comentarios:

Publicar un comentario