Por las fotos. Por los gorros de niña. Por hacerme bajar del coche para que te cogiera nieve del borde de la carretera. Por ir al Teide como si fueras a la playa. Por gritar: "¡¡BIEEEN!! ¡¡NIEVEE!!" cuando veíamos a un coche bajar con nieve en el capó. Por tirarme piedras de hielo en vez de bolas de nieve , darme un toscazo de los buenos (de esos que hacía tiempo no me dabas) y después venir corriendo todo preocupado a ver si estaba bien. Por llamarme como un niño para que te viera tirándote por la nieve. Por hacer una fiesta de todo. Por estar ahí. Por hacerme el capricho y convencerme de subir. Por darme un abrazo para que no tubiera frío, cuando tú tenías más que yo. Por hacerme sentir la prima más afortunada del mundo. Por sonreír siempre. Por ser responsable, y a la vez un crío. Por saber qué decir en todo momento. Por todos los recuerdos de la infancia que tenemos juntos. Por no ser como él. Por hacerme rabiar. Por dar puñetazos al aire hasta que uno se te escapó y me rompiste el labio. Por venir a que te ayude con cualquier cosa. Por intentar siempre hacer lo que sea para que yo esté sonriendo. Por comprenderme. Por ser tú.
Por ser más que un primo, un hermano.
¡¡Te quiero, niñato del carajo!!
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